El día 16 de junio del 2002, su Santidad Juan Pablo II (Karol Wojtila), canonizó al Beato Padre Pío.  Es el primer sacerdote canonizado que ha recibido los estigmas de nuestro Señor Jesucristo. 

Con motivo del 40 aniversario de su muerte se levantaron sus restos de la tumba, con la gran sorpresa que su cuerpo permanece incorrupto, en perfecto estado de conservación, con un color natural de la piel.