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Voces del Misterio

La memoria celular y los trasplantes



Traducción de Iván Lavilla - ivanlavil@hotmail.com

Fuente: http://somostodosum.ig.com.br/conteudo/conteudo.asp?id=7401

La semana pasada, un americano que había recibido hace trece años el corazón de un suicida en un transplante se mató de la misma forma que su donante. Además de esto, un año después del transplante, ya había buscado a la familia del donante para agradecer el órgano y terminó relacionándose (y se casó!) con la viuda del antiguo dueño del corazón!

Eso realmente da qué pensar. Por cierto, no es el primer caso.

"Nunca voy a olvidar el día que recibí aquel telefonema. Yo fui la primera persona a quien mamá llamó. Ella me dijo: como fue capaz de matarse? Hicimos una reunión de familia y mi hermano dijo: vamos a donar todos sus órganos", cuenta la hermana del joven Howie.

El hígado de Howie fue donando a Debbie Véga. "Aquel día yo estaba muy mal, y podría haber entrado en coma si no hubiera recibido aquel hígado a tiempo", dijo Debbie. La operación fue un éxito, pero después comenzaron a suceder cosas extrañas con la mujer que recibió el hígado en el transplante:
- "Dos días después del transplante, le pedí a mi marido: cómprame maní y bocaditos de queso. Pero a mí nunca me gustaron esas cosas. Durante tres o cuatro meses comí eso sin parar. Entonces comencé a fantasear: será que al donante le gustaba comer esas cosas"?

Debbie volvió al hospital para intentar conseguir informaciones sobre el donante. Ella le preguntó a una enfermera: era un hombre? Una mujer? La enfermera respondió: era un muchacho. Sólo eso le dijo. Hubo otro cambio en los hábitos de Debbie después del transplante: comenzó a practicar lucha. Ella pensó: será que al donante le gustaba la lucha? Dos años después de la operación, finalmente conoció a la familia del donante. Las hermanas del joven le confirmaron: sí, a él le gustaba luchar, daba patadas iguales a las que daba ella.
- "Parece que es él usando el cuerpo de ella. Es como si quisiera probarle a todo el mundo que continua vivo", dijo la hermana.

Casos como ese son investigados por el doctor Gary Schwartz, un profesor de medicina de la Universidad de Arizona. Él dijo:
- "Las explicaciones meramente biológicas son insuficientes para entender esos hechos bizarros. Esas memorias de los transplantados sugieren la posibilidad de continuidad de la consciencia aun después de la muerte".
Los escépticos dicen que esas memorias son simples coincidencias, o tal vez efectos colaterales de los medicamentos que los pacientes deben tomar después de la cirugía. Pero cómo explicar otra historia contada por Debbie?
- "En cuanto me desperté, recordé una cosa que parecía un sueño: vi una escena, un joven, una chica de apariencia latina. Ella tenía puesta una blusa rayada".
La hermana comentó:
- "Eso me asustó, porque mi hermano se mató delante de la novia. Ella fue la última persona que él vio: aquel día, ella estaba vestida con una blusa rayada".

El doctor dice que uno de los casos más fascinantes que estudió fue el de un joven de 17 años, un violinista, asesinado en la calle. Su corazón fue transplantado en un hombre de 47 años, que, de repente, se apasionó por la música clásica. Comenzó a escuchar música clásica durante horas y horas y decía que aquellas melodías conmovían su corazón. El problema del doctor Schwartz es demostrar que células y órganos pueden guardar y transmitir algún tipo de memoria. Pero cree que existe una especie de energía que circula por el cuerpo y lleva información a todas las células. Es una energía que tendría origen en el corazón y estaría relacionada con nuestras emociones.
- "La emoción es energía en movimiento, que puede establecer conexiones biofísicas", defiende el controvertido investigador.

En una excelente entrevista de la Revista Planeta, el Dr. Paul Pearsall nos habla de que las células tienen memoria y que el corazón carga un código energético especial, que nos conecta con los demás seres humanos y con el mundo que nos rodea. De cierta manera, su teoría explica por qué muchos transplantados empiezan a manifestar trazos de la personalidad del donante. Segundo Pearsall, "el hacho de que las células tengan memoria es una ley básica de la naturaleza. Aun los más simples organismos unicelulares recuerdan cómo moverse, encontrar alimento, aparearse y evitar a los predadores. Los científicos llaman eso como memoria de la función, pero, si una célula puede recordar, es bien probable que muchas células juntas pudieran tener memorias más complejas y elaboradas. Las células del corazón son las únicas células rítmicas. Ellas pulsan incluso cuando están fuera del cuerpo, y cuando son colocadas cerca de otras células del corazón, se comunican entre sí y entran juntas en un
latido rítmico. Las células del corazón retiradas por biopsia de un paciente y colocadas en un plato de laboratorio vibraron más rápido cuando a su donante le hacían un test en una cinta de ergometría, en una sala al final del corredor, bien distante del lugar donde sus células estaban siendo observadas. Investigadores de la Universidad de California, en Los Ángeles, transfirieron las memorias de gusanos. Investigadores del Instituto de Tecnología de California mostraron que un único electrón podía alterar las memorias de nuestros genes. Existen decenas de fascinantes descubrimientos en investigaciones que indican el principio de que estamos conectados de una manera que todavía no entendemos".
El corazón es mucho más que un mecanismo bombeador. No está al servicio del cerebro, sino que es un socio para formar con él nuestra organización interna de manutención de la salud
(Paul Pearsall)

La medicina china ya lo había dicho hace algunos millares de años. Según ellos, el corazón es responsable de controlar la sangre, los vasos sanguíneos y la mente. Eso mismo. No sólo la actividad mental, sino también la consciencia, o, como ellos la llaman, "dotar a la mente del tesoro". Cuando hay Ki/Qui (energía vital) en abundancia en el corazón, eso se refleja en el rostro, que posee muchos vasos sanguíneos. Un rostro brillante y rosado revela a una persona sana, mientras que un rostro oscuro o violáceo indica deficiencia de Ki o bloqueo de la sangre en el corazón.

Pero podría un disturbio mental afectar de forma irreversible la memoria celular del corazón? Veamos lo que dice el espiritismo, en el capítulo 18 del libro de André Luiz (Psicografiado por Chico Xavier) Misionarios de la Luz, que trata de la obsesión y sus efectos en el organismo:


La joven que reaccionaba contra el asedio de las sombras demostraba normalidad física razonable. Parecía alguien que hacía todos los esfuerzos para defender el equilibrio de la propia casa. Sin embargo, los otros presentaban condiciones orgánicas lamentables. La mujer poseída tenía serias perturbaciones, desde el cerebro hasta los nervios lumbares y sacros, presentado un completo desequilibrio de la sensibilidad, además de un grave descontrol de las fibras motoras. Esos desequilibrios no se limitaban sólo al sistema nervioso, sino que afectaban también a las glándulas y demás órganos en general.
(...)
Percibiendo que Alexandre estaba más disponible, comenté lo que había observado, preguntando, en seguida:
- Teniendo en cuenta los desequilibrios físicos que pude verificar en los asistidos, podemos considerarlos como enfermos del cuerpo también?
- Totalmente - afirmó Alexandre -, el desequilibrio de la mente puede causar perturbación general del cuerpo físico. Es por eso que las obsesiones, casi siempre, vienen acompañadas de aspectos muy complicados. Las perturbaciones del alma llevan a las dolencias del cuerpo.
- Pero y si consiguiésemos apartar a las entidades que causan tal mal definitivamente? Como médico cuando estaba encarnado, veo que estos enfermos psíquicos no tienen las enfermedades restringidas a la mente. Con excepción de la joven más fuerte, los otros presentan extraños desequilibrios del sistema nervioso, con disturbios en el corazón, hígado, riñones y pulmones. Digamos que consiguiéramos hacer que estas entidades desistieran de su intento. Los afectados por estas entidades lograrían de nuevo el equilibrio físico, retomando la salud plena?
Alexandre pensó un poco, antes de responder, y dijo:
- André, el cuerpo físico es como un violín que se entrega al músico, que, en este caso, es el espíritu encarnado. Es indispensable preservar el instrumento de las plagas y defenderlo de los ladrones. (...) El violín simbólico de que hablamos, cuando se entrega a las fuerzas del mal, puede quedar parcialmente destruido. Y, aunque sea devuelto al verdadero dueño, puede no tener más la calidad que tenía antes. Un Stradivarius puede ser auténtico, pero no podrá ser oído con las cuerdas cortadas. Como vemos, los casos de obsesión presentan complicaciones naturales y, para solucionarlos, no podemos dispensar la colaboración directa de los propios interesados, los seres que tienen entidades “pegadas” en sus campos magnéticos.
- Entiendo! Pero, supongamos que estas entidades cambian de idea y se apartan definitivamente del mal, después de atacar el cuerpo de estas personas que les sirvieron como vehículo durante largo tiempo... En ese caso, esas personas no se recuperarían inmediatamente? No tendrían la salud completa nuevamente?
Con la paciencia que le es peculiar, Alexandre respondió:
- Ya vi casos así y, cuando suceden, los antiguos perseguidores se transforman en amigos, ansiosos por reparar el mal practicado. A veces, con la ayuda de los planos superiores, consiguen la recuperación física plena de aquellos que sufrieron sus ataques inhumanos. Sin embargo, en la mayoría de los casos, estas personas no logran recuperar más el equilibrio del cuerpo físico.
- Y quedan con la salud comprometida hasta la muerte? - pregunté, muy impresionado.
- Sí - respondió Alexandre, tranquilamente.

Referencia: Tratado de Medicina Chinesa (Ed. Roca);
Documentário "Transplante de Memórias", del Discovery Home and Health;
Paul Pearsall - Memória das Células (Ed. Mercuryo)

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