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Voces del Misterio

Ayer, hoy y mañana de Tartesos y el Tesoro de El Carambolo

 
Cuando quedan muy pocos meses para que una nuevo trabajo de Jordi Fernández y Jose Manuel García Bautista vea la luz editorial, si han querido avanzarnos las pesquisas de sus últimas investigaciones que pasan por el epicentro arqueológico de la ciudad de Sevilla en su cita en el Aljarafe con el tesoro de El Carambolo y la civilización tartésica. Informaciones novedosas y primicias no obtenidas por ningún otro investigador y que pone de manifiesto los orígenes y ubicaciones tanto del tesoro como del pueblo que las portó. Es en suma un trabajo de búsqueda por las raíces de aquellos proto-andaluces que hoy mantienen en jaque a la Arqueología que trata de descubrir sus secretos.
Con este motivo hemos querido ofrecer a nuestro lector la mayor y mejor información sobre este yacimiento singular y todo lo que conlleva.
TARTESOS Y EL TESORO DE EL CARAMBOLO, ayer, hoy y mañana.

Introducción

Historiografía:

El tesoro de la Aliseda y el Carambolo son los dos grandes yacimientos que permitieron iniciar el estudio de Tartesos. Se consideraron como paradigmas de la cultura de realeza, ejemplos de una sociedad claramente jerarquizada. Ambos yacimientos se encuentran dentro del bronce final o periodo geométrico. Hoy en día tenemos una mayor información del periodo inicial.

 

Las fuentes literarias y arqueológicas:

Entre las fuentes orientales podemos citar a la Biblio (Reyes) en la que se mencionan una serie de productos exóticos. Entre las fuentes grecolatinas encontramos la identificación de Tartesos con una ciudad o un rio. Hoy en día se tiende a identificar Tartesos más con una cultura que con una ciudad.

 

TESORO DEL CARAMBOLO

 

El análisis histórico:

Varias son las hipótesis históricas que se suelen manejar. Entre ellas podemos mencionar las siguientes:

Evolucionistas(finales del XIX y principios del XX):

:Evolución de un desarrollo de un calcolítico y bronce pleno. Toman como punto de partida las culturas del Agar y Los Miralles, pero hay que tener cuidado ya que estas se sitúan en Almería.

Colonialista:

La cultura tartésica como desarrollo exclusivamente relacionado con el fenómeno colonial fenicio. Indoeuropea: aporte de gentes y pueblos celtas que llegan al sur imponiendo una cultura diferente.

Ramal de distintas culturas del bronce atlántico:

Pero se da el caso de que la mayoría de los elementos que definen la cultura tartésica son mediterráneos y no atlánticos. Los elementos mediterráneos se relacionan con el Egeo y el mundo microasriático (Pueblos del Mar).

 

SUPUESTO PRINCIPE TARTESSICO

 

En el territorio hay que diferenciar un núcleo central y un hinterland. El central tiene dos focos: el foco onubense y el foco del bajo Guadalquivir. El hinterland o "provincias tartésicas" contaría con Extremadura (provincia de Badajoz) y un foco portugués. Hacia el Mediterráneo los últimos hallazgos en Guardamar del Segura dan una cierta veracidad a las fuentes históricas que se refieren al territorio tartésico tan amplio como el comprendido entre el Tajo y el Mediterráneo y hasta el río Jucar. Se han encontrado grafitos en cerámica lo cual nos habla no sólo de extensión sino también de uso. El foco onubense es más abierto, más receptivo. El otro foco (Bajo Guadalquivir) es más interno y tradicional. El foco onubense se caracteriza porque sus poblados giran entorno a la explotación minero metalúrgica. El foco del Bajo Guadalquivir gira entorno a una economía agropecuaria y en relación a las vías naturales de comunicación con la meseta y Extremadura. En el foco onubense las vías se dirigen hacia la costa, hacia el puerto de Huelva, puerto comercial indígena y diferenciado del de Cádiz que es colonial fenicio, apesar de ello debemos contar con el hecho de que existe una clara organización social,distribución del poblamiento y del territorio, explotación de la metalurgia y la organización que ello supone. La economía gira hacia la explotación minero-metalúrgica y hacia la economía de tipo agropecuario.

Sobre la realeza disponemos de dos tipos de información. Por un lado tenemos noticias del rey Argantonio y de su ofrecimiento a los Foceos para que se asienten en el territorio tartésico y la negativa de éstos, que en cambio se llevan un importante tributo que les permitirá reconstruir sus murallas. Los tesoros de la Aliseda y Carambolo nos hablan de una clase social acomodada y de unos enterramientos de tipo principesco.

Análisis Arqueológico:

No debemos solo analizar un periodo cronológico sino que debemos estudiar el y los periodos anteriores: Bronce Medio en Andalucía. Hay una ausencia de restos de este periodo en los grandes yacimientos tartésicos de esos niveles. Se conoce mucho mejor la zona oriental y sudeste (Agar, Millares.

Entrando ya en la cultura tartésica hay dos periodos:

-Periodo geométrico, que coincide con el bronce final y abarca desde el 1200 al 750 a.C.

-Periodo orientalizante: la cultura tartésica se empapa de elementos orientales provenientes principalmente de los contactos fenicios y foceos. Coincide con la I Edad del Hierro y abarca desde el año 750-550 a.C.

BOCA DE JARRA TARTESSICA

 

El eclipse de la cultura tartésica no impide que muchos de los asentamientos que se formaron incluso en el periodo geométrico sigan estando habitados en el momento en el que surge la otra gran cultura protohistórica: la cultura ibérica, y en concreto la llamada TURDETANA, que dentro de los pueblos ibéricos serán los que tienen una mayor carga de elementos orientales.

Periodo geométrico

En el ámbito de la arquitectura y los poblados la información es exigua al carecer de necrópolis. Lo que si se va a ver es el surgimiento de nuevos poblados que se escogen para ocupar lugares estratégicos (promontorios, alto de colinas), pero además sigue un criterio: proximidad a las fuentes económicas y a los puntos de salida de los recursos.

Otra característica será que son construcciones muy sencillas. En un primer momento no se conoce ningún amurallamiento. Surgirán en la cultura tartésica a finales del periodo geométrico (finales del VIII). No hay planificación urbana. Surgen de la aglomeración de pequeñas cabañas de planta circular, de cimientos realizados con piedra, paredes mediante tapial y cubiertas sencillas debido a la estructura simple de techura vegetal. El suelo es de tierra batida o apisonada. Hay dos tipos de poblados, unos muy pequeños dedicados exclusivamente a la actividad minero-metalúrgica (San Bartolomé de Almonte y Chiflón), y otros más grandes como el Cabezo de San Pedro (Hu).

Los elementos defensivos aparecerán en el siglo VIII, como es el caso de la muralla de Carmona y Escacena. Están constituidos por dos lienzos de piedra, escasamente labrados y con relleno de piedras y arena. El lienzo de la muralla exterior casi siempre en talud, y recibe como refuerzo pequeñas construcciones de muretes. A distancias regulares suelen existir bastiones, que en un primer momento son circulares y luego trapezoidales.

El aterrazamiento del Cabezo de San Pedro hecho a base de piedras, muy poco labradas, en forma de talud, y que tiene como soporte un pilar hecho a base de piedras dispuestas a soga y tizón (como con ladrillos), es otra de las grandes construcciones. Aterrazamiento Talud pilar Las llamadas estelas de los guerreros son otro de los elementos de este periodo. Son monumentos en piedra dura que llevan grabados en una de sus caras una serie de motivos iconográficos con información sobre la cultura material. Se manejan dos teorías: - que son estelas funerarias - que son hitos en las rutas interiores del territorio. Suelen tener forma rectangular. Aparecen grabados en la parte superior y media, pero rara vez llegan a ser grabados hasta el final de la estela. Se agrupan en tres tipos en función de la iconografía presente. El más sencillo son aquellos que presentan como motivo central un escudo con una escotadura en V. Ese motivo suele estar flanqueado con grandes espadas y largos lazos. Un segundo tipo es el que además de lo anterior viene acompañado por otros elementos: carros, espejos, etc., que se disponen normalmente rodeando al escudo. Un tercer tipo es aquel que presenta una figura humana. Cuando esto sucede, la figura ocupa el lugar donde se sitúa el escudo. Junto a la figura humana se representan los mismos elementos anteriores, incluso algún elemento musical (posibles relaciones con culturas micénico-egeas).

 

Cuando el escudo acompaña a la figura humana esta aparece con un casco con cuernos, igual a la figura de los guerreros de los grabados de los pueblos del mar. El escudo también se representa como elemento significativo de etnia o grupo social, el mismo lenguaje iconográfico que en el mundo mnicénico-egeo. El yacimiento de la ría de Huelva (espadas) nos muestra las mismas espadas que las de las estelas (bronce final), se fabrican únicamente en bronce. El bronce se utilizará a mediados del periodo orientalizante.

El otro elemento a utilizar es la cerámica. La encontramos de dos tipos diferentes:

Formas abiertas:

Suelen realizarse a mano y con torno lento de alfarero.Dos tipos de decoraciones:

-Tosca : mediante ungulaciones (uña)

-Bruñida : fundamentalmente en el exterior, aunque en algunas ocasiones en el interior. Suelen utilizarse mucho las formas geométricas, como por ejemplo la retícula bruñida. Normalmente son de color grisáceo o pardo. Las pastas son algo más depuradas que las utilizadas para las toscas que no tienen decoración bruñida.

Cerámicas con decoración pintada:

Fabricadas con torno lento. Las pastas son claras, de color beige o anaranjado. La decoración se realiza mediante pintura aplicada sobre la superficie exterior. Son de formas cerradas. La pintura suele ser roja o anaranjada oscura y los motivos suelen ser geométricos. Empiezan a aparecer aproximadamente en el siglo IX a.C.:, y aparecen totalmente configuradas, sin ensayos propios. Este es otro de los elementos utilizados para entender que son imitaciones de otras cerámicas del mediterráneo, en concreto las geométricas griegas

CERAMICA ORIENTALIZANTE

Son todavía muy pocos los elementos de la cultura material conocidos para elevar la hipótesis de la sociedad tartésica de este periodo geométrico. Lo que si parece claro es que hay un cambio, una ruptura con el bronce medio. Lo que está claro si está claro es la llegada de elementos culturales nuevos , premediterráneos y que todavía están muy presentes elementos culturales propios que caracterizan esta cultura como autóctona y arcaizante. A partir del siglo VIII y con el asentamiento de las colonias fenicias en las costas andaluzas, esta cultura recibe un nuevo aporte, fenicio en un primer momento y griego después. (fuentes literarias, hallazgos en Huelva de cerámica griega, etc.) este periodo que llega hasta el siglo VI es el llamado periodo orientalizante. La gran diferencia es que, aunque llega hasta su perfección, pierde originalidad al copiar elementos orientales en todos los niveles.

Las excavaciones en las necrópolis tartésicas nos permiten también obtener gran número de informaciones. Los anteriores poblados aumentan en tamaño y surgen nuevas zonas de hábitat, hay un notable auge demográfico. Se va a sustituir el tipo de vivienda. De las antiguas cabañas pasamos a las casas de planta rectangular. Este tipo de vivienda es un aporte fenicio. Aparece por primera vez un trazado urbanístico. En los poblados hay diferenciación de áreas destinadas a distintos fines. El tipo de material es el mismo: cimientos a base de piedra; paredes de adobe, techumbre vegetal; pero la diferencia es que las viviendas tienen en su interior paredes revestidas con pintura, y los suelos no son de tierra batida sino que están revestidos con material, en muchos casos, de tipo vegetal. Las antiguas murallas se refuerzan con nuevas construcciones, bien mediante bastiones trapezoidales, bien mediante contrafuertes. Se conocen por primera vez edificios catalogables como edificios públicos (p.ej. Cancho Roano, donde se encuentra un palacio-santuario con zonas destinadas al culto).

CBAÑA TARTESICA

Cancho Ruano se encuentra en Badajoz, no en ningún núcleo de la cultura tartésica. Se viene fechando en el siglo VI a.C. no coincide con el inicio del periodo orientalizante sino con los momentos de mayor apogeo. El nivel de abandono se fecha en el siglo IV. a.C. Su planta es cuadrada, con 20 m. De fondo y casi 21 m. De achura. Se levanta sobre una plataforma de piedras con paredes de adobe. La fachada principal se retranquea y, justo delante, el pavimento se realiza mediante mármol de color azul. Esta zona ha dado gran cantidad de materiales cerámicos, entrada a el área de sacrificios y ofertas. Hay una crujía central, con dos muros de carga y un pilar que sustenta gran parte de la techumbre. Dicha crujía sería el espacio sagrado del edificio (el adython).

Entre los hallazgos más espectaculares se encuentran los dominados obeloi o asadores, unas finas varillas de hierro utilizadas en los ritos sagrados y que cuentan con un concepto pre-monetal. Los obeloi en el mundo griego se utilizaron antes que la moneda en los intercambios comerciales. Muchos de estos obeloi fueron depositados en los templos como ofrenda, como exvotos. Los obeloi estaban fabricados de hierro. También ha aparecido gran cantidad de cerámica griega. Es en este momento del siglo VI cuando llega la influencia focense a la zona onubense. Para la población indígena son considerados como objetos llamativos. El otro punto de información serán las necrópolis. Las necrópolis tartésicas solo se conocen para este periodo. Las primeras se fechan en el siglo VII a.C. Se caracterizan por un tipo de enterramiento sencillo: fosa excavada en la tierra, en cuyo interior se deposita una urna funeraria que recoge parte del ajuar funerario y las cenizas del individuo. Todo ello se cubre mediante un túmulo. Este tipo de enterramientos lo tenemos constatados en dos necrópolis CRUZ DEL NEGRO y ALCANTARILLA.

Un segundo tipo lo tenemos constatado en SETECILLA. Aquí se produce un cambio. A parte de tener tumbas exactamente iguales, es la primera vez que el foso es sustituido por una cámara funeraria, de planta rectangular o cuadrangular, y de mampostería. El sistema de cubrición es el mismo: túmulo. Se empieza a ver una diferenciación ajuares, unos ostetnosos con armas unos y con cerámicas y objeos sofisticados otros. Este tipo de tumba es de aportación fenicia. Las tumbas de cám,ara son muy normales en los enterrameintos fenicios. Serán precedentes de enterramientos en el mundo ibérico. Un tercer tipo es el que tiene planta funeraria de mampostería rectangular o cuadrangular, pero sin cubrición de túmulo (elemento indígena). Lo único que se diferencia de las fenicias es que éstas están hechas con cantería en lugar de mampostería. Un ejemplo de éste es la necrópolis de La Joya, donde comienza a utilizarse el rito de inhumación en lugar del de cremación. Ello se debe al aporte fenicio.

BRONCE DE CARRIAZO

 

Periodo orientalizante

CERAMICA

Periodo orientalizante.- Cada vez se van haciendo más extrañas las producciones típicas del periodo anterior. Por un lado porque incorporan una nueva tecnología (torno rápido de alfarero frente a las hechas a mano o en torno lento) que permiten un mejor acabado y paredes más finas - se incorporan repertorios decorativos; surgen los motivos figurativos: - animalísticos, a menudo de tipo fantástico/oriental - florales de tipo oriental también. - nuevos acabados en las paredes exteriores, como el engobe (barro con óxido), que sustituyen a la típica decoración bruñida del principio anterior . También se produce una importación de cerámicas extranjeras fenicias y griegas. Al mismo tiempo se empiezan a producir imitaciones de esas cerámicas, no solo en cuanto acabado sino también en cuanto a las formas.

ORFEBRERIA

La orfebrería del bronce final de las zonas próximas al núcleo tartésico se caracterizan por repetir una misma forma , normalmente torques. Son elementos exclusivamente elaborados en oro. La diferencia de este tipo de joyería con la tartésica es muy evidente por varios motivos:

1 los fenicios habían desarrollado una tecnología propia de su cultura, muy compleja:

``1.1 utilizan repertorios decorativos muy amplios realizados mediante distintas técnicas, bien mediante la filigrana (finos hilos de metal), el granulado (pequeños granos metálicos), el repujado (la lamina metálica por la parte interior diseñando los motivos decorativos que se quieren mostrar por la otra cara), el troquelado (la decoración se realiza mediante un troquel y mediante presión se graba dicho motivo).

``1.2 se combinan todas ellas en una misma pieza. Comparativamente con la orfebrería anterior exclusivamente de oro, ahora lo característico son las aleaciones.

Es muy difícil distinguir las producciones que aparecen en la Península y las que son fruto de las importaciones fenicias. Se confunden tanto las imitaciones de orfebres indígenas, la producción de orfebres fenicios coloniales o la importación. Cuando estamos ante una producción colonial o indígena, en sus joyas a veces encontramos un cierto gusto autóctono. En este campo se va avanzando gracias a los análisis metalográficos.

BOCO TRIBULADA DEL  JARRO DE VALDEGAMAS

 

Entre las producciones artísticas más características están las que se encuentran en los tesoros del Carambolo y de la Aliseda. Destacan como elementos mas repetitivos las placas articuladas, los brazaletes, un tipo de pendiente(las arracadas) que se caracterizan porque son pendientes de gran tamaño y con decoración que rodea un cuerpo liso, como un fleco decorativo. Otra forma típica son las diademas, que se caracterizan junto los anillos, ya que se acompañan de aditamentos de piedras preciosas o semipreciosas. Son diademas muy elaboradas. Combinan placas articuladas con decoración floral, con colgantes que sirven de adorno (simples esferas, flores de loto, etc.). En los anillos se usan esas piedras preciosas o semipreciosas, sobre todo en los anillos giratorios. Menos típicos son los collares con colgantes. Es el tipo de joyería más sencilla en el que combinan menor número de técnicas.

METAL También en el trabajo del metal destaca esta cultura en la elaboración y decoración de los bocados de caballo, o en los elementos relacionados con la ganadería. Uno de los más conocidos es el famoso bronce con una figura femenina y que, a modo de ala, salen unos protomos a modo de ave (diosa Astarté fenicia, diosa de la fecundidad en el mundo oriental - diosa Tanit en el mundo púnico). El aporte orientalizante ha calado en toda la sociedad tartésica. Con las necrópolis podemos hacer una lectura social: - dominantes ( con ajuares muy ricos); - soldados o militares (con espadas); - clases bajas (ajuares pobres). También se puede ver una lectura social en los lugares de hábitat.

LA EPIGRAFIA TARTESICA

 Cuando se habla de escrituras peninsulares se hace una diferencia entre las llamadas: - escrituras coloniales: ya configuradas al llegar a la Península. Estas son : griega, fenicia, púnica y latina. - escrituras paleohispánicas o indígenas, que se utilizan exclusivamente en la península y que tienen su origen en la península. Podemos citar a la tartésica (SW), meridional, ibérica (SE), celtibérica. También podemos hablar de tipos intermedios de escrituras: - lenguas mixtas: aquellas que utilizan un sistema de escritura importado para una lengua diferente: - grecoibérica : letras griegas para escribir lengua ibérica. - libiofenicia o neopúnica: caracteres púnicos en lengua indígena. La denominación libiofenicia se utilizó mucho en el siglo XIX para una escritura que se utiliza en la península Ibérica una vez destruida Cartago (s. II a.C.). Se utilizó en una serie de ciudades de la costa andaluza en las colonias fenicias. Solo aparece en algunas monedas: topónimos y personas.

EPIGRAFOS TARTESICOS

La mayoría de los hallazgos se encuentran en el Alentejo portugués y son más escasos en la zona de Extremadura, Sevilla y Córdoba. Más recientemente ha habido 1 hallazgo en la costa mediterráneo-levantina (Saladares). ¿Qué tipo de escritura se utilizó en la P.Ib.? Las escrituras hispánicas tienen signos alfabéticos y silábicos. Son escrituras semisilábicas o semialfabéticas. El origen de esta escritura es bastante oscuro. Se tienen pocos documentos fechados en época anterior al siglo VIII/VII a.C. un segundo problema es que la documentación es muy repetitiva.

La mayoría de los documentos epigráficos son:

¡¡a) Grafitos en cerámica con un número de signos muy escaso.

´b) Inscripciones funerarias. También hay algunos obeloi (asadores), una tablilla de aprendizaje (un signario) y poco más, de ahí que la información sea muy escasa. En los grafitos solo hallamos marcas de alfarero y marcas de propiedad.

CERAMICA ORIENTALIZANTE
ESTELA DE SOLANA DE CABAÑAS

 

Otro problema es que, aunque se sabe la escritura no se sabe nada de la lengua utilizada, de su raíz lingüística. Ocurre lo mismo con la meridional y la ibérica. Sin embargo si que lo conocemos de la lengua celtibérica. Podemos transcribir los signos, podemos leerlo, pero no podemos entenderla. No disponemos de construcciones gramaticales que nos permitan avanzar en el conocimiento de la lengua. Los hallazgos han confirmado que la primera escritura es la tartésica .

¿Cómo se conformó?

771) Teorías del prof. Correa y prof. de Hoz. Son filólogos y consideran que la escritura en la P. Ibérica surge por influencia de la escritura fenicia. Correa afirma que junto con los aportes fenicios hay que tener también en cuenta algunos signos debidos a los griegos.

02) Teorías de Pérez Rojas y de Bendala, arqueólogos. Defienden que esa primitiva escritura ibérica, aunque debió tener contactos con las escrituras fenicias, su origen no debió de estar exclusivamente en los fenicios

000  a) En la zona colonial fenicia sólo se utilizó la escritura fenicia

BBbbb) En la zona tartésica, aunque hubo contactos con los fenicios y no hubo colonias fenicias, si surgió una escritura utilizada exclusivamente por la población autóctona.

Una segunda evidencia son los hallazgos:

’¡¡a) El grafito más antiguo se encontró en el Cabezo de San Pedro, sobre una cerámica típica del periodo geométrico (bruñida) y en concreto, aquella que representa una decoración en retícula. El fragmento se sitúa cronológicamente al menos en el siglo VIII a.C., en un momento del final del periodo geométrico, antes de que los contactos de la población tartésica con los fenicios fueran intensos (periodo orientalizante de la 2ª mitad del siglo VIII a.C.).

66 b) El otro ejemplo de documentos epigráficos son las estelas funerarias (diapositiva: estela con figura humana correspondiente al tipo más moderno. Aparece rodeada de una inscripción en lugar de otros instrumentos. Estela del periodo geométrico).

Una evolución más es la desaparición de cualquier figura u objeto y aparecen totalmente escritas. Lo característico es que aparezcan grabadas en la parte superior y en la inferior se encuentren lisas, aunque algunas de ellas aparecen prácticamente en su totalidad inscritas o grabadas, ya que también se usaban algunas como losas para cubrir las tumbas. La mayoría de estas estelas están documentadas en Portugal. Casi todas aparecen en necrópolis portuguesas de la 1ª Edad del hierro, fechables entre los siglos VII y V a.C. y por lo tanto, pertenecerían al periodo orientalizante. Por el momento tenemos una información muy parca para fijar el origen de la escritura tartésica. Los contextos arqueológicos dan un contexto anterior, pero ¿qué escritura anterior pudo influir?. Se defiende la existencia de un sistema de escritura exclusivamente silábico.

Entra en contradicción con los sistemas existentes que de una escritura alfabética surgiera una escritura semisilábica (por ejemplo la tartésica). Pero hoy por hoy no se conoce ningún documento de escrituras únicamente silábico. Con un origen histórico podemos encontrar ese dato. Es posible relacionar la escritura lineal b con la escritura tartésica ya que pudo conocerse un sistema silábico por influencias micénicas, como otro elemento más de influencia (Montoro). Posteriormente este sistema silábico se mezclaría con la escritura fenicia (alfabética) y de ahí que surgiera esa escritura semisilábica. Los filólogos defienden el origen en el alfabeto fenicio.

El final de Tartessos

¿Cuáles son las causas que provocaron el declive de esta cultura?. Están íntimamente relacionadas con el debilitamiento del comercio fenicio en las costas andaluzas, aproximadamente alrededor del 600 a.C. Se observa el abandono de muchas de las ciudades y necrópolis fenicias y si no se abandonan en su totalidad se reconvierten. Son razones de tipo político. Los fenicios estaban interesados en la explotación de las minas de metales que eran muy demandados por Oriente, en concreto por el imperio asirio. Esas relaciones comerciales entre las colonias del occidente y los fenicios se interrumpieron debido a la presión asiria y a la interrupción del comercio.

PLACA DE MARFIL

Ello provoca un declive en una de las economías básicas de la cultura tartésica. Tartesos tiene dificultades para dar salida a esos metales. Este vacío se intenta solucionar planteando relaciones comerciales con los griegos (Argantonio y los foceos). La gran profusión de cerámica griega en todos los yacimientos onubenses en estratos fechados entre el 580 y el 550 a.C. confirman arqueológicamente este dato. Este establecimiento queda interrumpido por una nueva política que surge: los púnicos o cartagineses. Cartago intenta hacerse dueña del comercio. Su gran rival son los griegos. Impiden todo comercio por la zona del estrecho, la zona de salida del metal de las minas onubenses. Al mismo tiempo, la estrategia política cartaginesa es diferente. Tiene unos intereses militares muy claros. Habrá un desplazamiento de establecimientos púnicos hacia la zona levantina (fundación de Cartagena). Esa pérdida de interés contrasta con el alza de explotación de otras zonas mineras: las minas de Sierra Morena y las cercanas a Cartagena. A partir del 550 a.C. dará sentido al desarrollo de lo que se viene definiendo a la cultura continuadora de Tartesos: la cultura Turdetana.

Fuente: http://www.antropos.galeon.com/html/tartessos.htm

 

 

El Tesoro del Carambolo deja de ser tartésico

Por: Alicia M. Canto

El denominado como Tesoro del Carambolo (Sevilla) está compuesto por las 13 más espectaculares y reproducidas piezas de las 21 que componían el tesoro. Las joyas son propiedad del Ayuntamiento hispalense. Las que se pueden admirar en el Museo Arqueológico Provincial de Sevilla son reproducciones muy bien hechas.

"Las piezas en cuestión son:
- Un collar, con dos ramas de cadena, terminadas en una anilla y un travesaño; un pasador fusiforme, 16 pequeñas cadenitas y siete colgantes con aspecto de sello signatario.
- Dos brazaletes cilíndricos.
- Dos pectorales en forma de galápago
- Dieciséis placas de distintos tamaños
Para el profesor Carriazo, estas piezas eran, protohistóricas y andaluzas, probablemente tartéssicas. Entre otros muchos restos, sobresalen distintas clases de cerámica, vajillas y vasos, unos de fina arcilla amarillenta y otros de barro de distinto color (grisáceo, rojizo, negruzco) aunque todos de aspecto neolítico."

La descripción inicial del conjunto por el Prof. Carriazo: "El tesoro está formado por 21 piezas de oro de 24 quilates, con un peso total de 2.950 gramos. Joyas profusamente decoradas, con un arte fastuoso, a la vez delicado y bárbaro, con muy notable unidad de estilo y un estado de conservación satisfactorio, salvo algunas violencias ocurridas en el momento del hallazgo". El profesor Carriazo estableció que estas piezas pertenecían, fijando un amplio margen de error, a un periodo comprendido entre los siglos VIII y III antes de Cristo.

"El día 30 de septiembre de 1958, en los terrenos de la Real Sociedad de Tiro de Pichón de Sevilla, y en el curso de una ampliación para el torneo internacional que tuvo lugar el siguiente año, la azada del joven trabajador Alonso Hinojos del Pino descubrío un objeto metálico que había de ser el primero de los brazaletes de oro de 24 quilates.

El hallazgo se daba, una vez más, por causualidad: el arquitecto Medina Benjumea, momentos antes de marchar al aeropuerto había mandado excavar 15 centímetros más en la terraza trapezoidal que se preparaba con objeto de que las ventanas no quedasen tan a ras del suelo. Sin tal resolución, la terraza se hubiera pavimentado con losas de cemento, y el tesoro y todo lo demás hubiera quedado oculto para siempre. Los obreros que encontraron el brazalete siguieron excavando un poco más abajo, ya que a éste le faltaba un rosetón.

Mientras algunas opiniones coinciden en que todas estos adornos de oro posiblemente eran portados por una sola persona (tal vez un hombre) en momentos de máxima representatividad u ostentación, otras se decantan por la hipótesis de que podría tratarse de adornos para alguna estatua ritual, posiblemente un toro.

Como curiosidad, en la Guía de Sevilla del ABC se presentan como "Joyas del tesoro del Carambolo pertenecientes al rey de los Tartessos" (
http://www.abc.es/informacion/guiasevilla/documentos/guiasev/historia/Origenes.asp)

En este trabajo se presentan y comentan dos recientes noticias a propósito de los resultados de las recientes excavaciones en este emblemático yacimiento sevillano, verdadero "buque-insignia" de una civilización "tartésica", que resulta ser menos conocida de lo que se cree. En El Carambolo, como ya se apuntó hace unos años desde diversos ámbitos, habría simplemente -pero nada menos- un santuario fenicio a una de sus principales divinidades, Astarté, lo que ya permitía sospechar la dedicatoria de la famosa estatuilla asociada al yacimiento. Los "tartesiólogos" tienen ahora una nueva tarea por delante: aceptar o rechazar estos resultados, y ver cómo encaja el nuevo panorama en lo hasta ahora creído.


Preámbulo

En este artículo se presentan en primer lugar dos noticias sobre los primeros resultados oficiales de las recientes excavaciones en este emblemático yacimiento sevillano, verdadero "buque-insignia" de una civilización "tartésica" que tras ello se nos aparece como menos conocida de lo que se cree. En una segunda parte se hacen algunas necesarias y justas referencias retrospectivas a los precursores, desde 1979, de las hipótesis que ahora se han venido a comprobar. En la tercera se recoge en orden cronológico alguna bibliografía básica, tanto sobre el yacimiento y su contexto como sobre la significativa estatuilla de Astarté y su inscripción fenicia que desde el primer momento quedó asociada al lugar sin que, extrañamente, tuviera la fuerza esperable como para caracterizar cultural y funcionalmente el yacimiento. En mi opinión quizá ello tuviera algo que ver con el momento histórico del hallazgo: "lo tartésico", como "lo ibérico" (encarnado poco años antes en la Dama de Elche), gustaban más como muestras de lo genuinamente "nacional".

El Cerro de El Carambolo, sede cuando el hallazgo de 1958 de la Sociedad de Tiro de Pichón de Sevilla (y en breve, si Dios o la Junta de Andalucía no lo remedian, de un nuevo hotel de lujo), se halla en el término de Camas, a cuatro escasos kilómetros al S-SO de Sevilla, en una privilegiadísima elevación de 91 m que domina el valle del Guadalquivir y la muy portuaria capital hispalense, antaño plenamente oceánica.

Tras las nuevas excavaciones, y como ya se apuntó hace unos años por algunos autores (vid. la parte II, la noticia de 2002, y la bibliografía), lo que había allí sería simplemente -pero nada menos- un santuario fenicio a una de las máximas divinidades semitas, Astarté. Es algo que ya permitía sospechar la dedicatoria en fenicio al pie de la famosa estatuilla de bronce de esta diosa, una pieza asociada al Carambolo aunque no procedente de la excavación regular. Puesto que una de las grandes utilidades del material epigráfico es -o debería ser- ayudar a contextualizar cultural y/o cronológicamente un yacimiento.

Los "tartesiólogos" tienen ahora una nueva tarea por delante: Cómo encajar -o no- estos resultados, y cómo evitar que la ola fenicizante se lleve por delante otros tesoros y yacimientos casi o igual de emblemáticos de "lo tartésico". Puede que resulte que mucho de lo que se viene entendiendo y explicando como "tartésico orientalizante" sea directamente "oriental". Aunque, como siempre, la prudencia debe imponerse en estos primeros momentos, y hay que esperar a conocer la publicación oficial de estas campañas y con ella las pruebas y documentos con el necesario detalle.

De los arqueólogos responsables de los nuevos hallazgos esperamos que, más allá del entusiasmo descubridor que muestran las noticias periodísticas, sepan en su momento reconocer las precedencias que correspondan a cada hipótesis, ya que las noticias de 2002 dejan ver que cuando ellos mismos empezaron lo que querían era "definir mejor la evolución de la cultura tartésica entre los siglos VII y VI a.C.".


PARTE I. LAS NOTICIAS

SEVILLA.- UN EQUIPO DE ARQUEÓLOGOS DEFIENDE EL ORIGEN FENICIO Y NO TARTÉSSICO DEL YACIMIENTO DE EL CARAMBOLO

20 de febrero de 2006, 15h50

Los trabajos que un equipo de arqueólogos ha realizado en los últimos tres años sobre el yacimiento de El Carambolo, ubicado en la localidad sevillana de Camas, ha puesto de manifiesto que el célebre asentamiento -en el que fue descubierto el tesoro bautizado con el mismo nombre- tiene un origen fenicio y no tartéssico, como hasta ahora se creía.

La arqueóloga Araceli Rodríguez, que participa en el equipo técnico y científico que dirige Alvaro Fernández Flores, explicó a Europa Press que en los últimos tres años el yacimiento de El Carambolo ha sido objeto de una intensa campaña de estudios que ha llevado a "nuevas revelaciones" que desmontan la tesis de que el yacimiento perteneció a la civilización tartéssica, poco conocida por la historiografía pero localizada en el ámbito de Andalucía occidental.

Tal y como adelantó hoy El Correo de Andalucía, los últimos datos obtenidos por el equipo de arqueólogos apuntan a un origen fenicio de los restos hallados en el yacimiento, aunque según admitió Araceli Rodríguez "nunca se puede afirmar con un cien por cien de seguridad".

La arqueóloga detalló que el ajuar cerámico descubierto en este yacimiento fue elaborado mediante la técnica del torno en una época en la que la población aborigen desconocía este tipo de técnicas, que fueron introducidas en la península Ibérica por los fenicios, argumento que el equipo de arqueólogos esgrime para defender el origen fenicio del yacimiento.

"Todo apunta a que se trata de un asentamiento fenicio", señaló para advertir de que este descubrimiento ha de dar lugar a un proceso de "revisión" de las tesis que la Historia maneja en cuanto a la cultura tartéssica y al origen del poblado de El Carambolo [pero véase para todo ello abajo la parte II].

El grueso de las excavaciones realizadas en este yacimiento arqueológico se realizaron en 1958 de la mano del arqueólogo Juan de Mata Carriazo a raíz de las obras proyectadas para la ampliación de la sede de la Sociedad de Tiro Pichón. Junto con los restos arquitectónicos, se descubrió un ajuar de 21 piezas de oro de 24 kilates bautizado como Tesoro del Carambolo.

Fuente:
http://es.news.yahoo.com/20022006/4/sevilla-equipo-arqueologos-defiende-origen-fenicio-tartessico-yacimiento-carambolo.html


SEVILLA. UN ESTUDIO ARQUEOLÓGICO CERTIFICA EL ORIGEN FENICIO DEL CARAMBOLO

Contrariamente a lo que se pensó desde el descubrimiento de las piezas del Tesoro del Carambolo, su origen no es tartésico sino fenicio.

Según publica hoy el El Correo de Andalucía, las investigaciones que dirige el arqueólogo Álvaro Fernández Flores han determinado la auténtica identidad de los restos aparecidos en el municipio sevillano de Camas.

Fernández Flores argumenta que los anteriores estudios no utilizaron la estratigrafía [pero véase infra parte II] y se actuó sobre una mínima parte del cerro lo que generó datos insuficientes.

Este arqueólogo señala que el ajuar cerámico, como desveló anteriormente Fernando Amores, está hecho a torno, y la población indígena llamada así misma turta, no había alcanzado este estadio creativo. "Son los fenicios los que traen el torno cerámico y el hierro", puntualiza.

Asimismo, Fernández Flores dice que lo que en un principio se confundió con un fondo de cabaña no es otra cosa que una fosa ritual [pero véase infra parte II]. Incluso se ha hallado con los nuevos sondeos un exvoto en terracota con forma de barco que alude al marcado carácter navegante de los constructores del santuario.

Fuentes: Diario de Sevilla, Cultura Actual, Arqueología, 10-12-02 y Canal Sur, 20 de febrero de 2006
http://www.canalsur.es/Informativos/-ArchivoNoticias/2006/02.Febrero/20/200206-mr-013-LSE.htm

http://www.correoandalucia.es/portadas/portada.pdf (a través del Boletín de Noticias de Terraeantiqvae.com)


PARTE II. ALGUNOS ANTECEDENTES (cf. la biblografía, parte III)

1) Joan Maluquer de Motes (1960 y 1994): Al contrario de lo que se afirma en la noticia, en octubre de 1958 él estudió, dibujó y valoró la estratigrafía en la zona exacta del hallazgo. La sección I tenía seis estratos, A-F (en dos sectores), y la II los A-B y E-F (que corresponden al "Nivel III" de Carriazo).

2) Matthias Delcor (1969):

3) Antonio Blanco (1959 y 1979): Blanco fue el primero en poner en duda el "fondo de cabaña", y considerarlo un lugar de culto, en 1979, pp. 95-96: "... el referido ’fondo de cabaña’ en lo alto del mismo. A la vista de lo aparecido en éste, cabría pensar en un lugar de culto como los del Egeo en épocas geométrica y orientalizante, antes de que se iniciase lo que entendemos como templo griego... (paralelo de Dreros, Creta)... desde esta perspectiva creo que no es ninguna extravagancia apuntar a la posibilidad de que el ’fondo de cabaña’ del Carambolo haya sido un lugar de culto...". Data el tesoro, sin embargo, en el siglo VI a.C., y las joyas "hechas al estilo y dictado de clientes tartésicos" (p. 98). Otros diversos autores se sumaron después a la hipótesis del santuario.

4) José Mª Blázquez (1975-1998): "Estamos de acuerdo total con los autores en que el santuario de El Carambolo no es indígena, sino de fenicios, como indica el ritual de romper las cerámicas, la imagen y la inscripción. Este santuario no tiene que ver nada con la religión, que desconocemos, del Bronce Final. También nos inclinamos a aceptar que Hispalis es ciudad fenicia en origen, al igual que el almacén de Carmona.", así como "...En este punto nos inclinamos por la opinión defendida por C. González Wagner y J. Alvar, quienes proponen que el contacto de los colonos agrícolas con los indígenas tuvo mayor efecto cultural que las relaciones comerciales. Nos unimos a las tesis de M. Belén y de J.L. Escacena de que debieron ser frecuentes las poblaciones mixtas, como lo fueron Huelva, Baria, con un cementerio ibero de más de 2.000 tumbas, y Ampurias en la colonización griega (Liv. XXXIV, 9; Str. III, 4.8). Es muy probable que en ciudades importantes indígenas como Cástulo o Tejada la Vieja hubiera barrios fenicios como los hubo, y muy importantes, en Siracusa en época del tirano Dionisio. También hay que conceder importancia, como hace J. Alvar, a mercados ambulantes, que son los que llevarían tan al interior de la Meseta como El Berrueco, los conocidos bronces con la imagen de Astarté, o el broche de cinturón con grifo sobre palmeta de cuerno.", párrafos que resumen muy bien las hipótesis innovadoras acerca del fenicismo del Carambolo, que se llevan planteando al menos desde 1995, por los autores que él mismo cita.

5) María Belén, José Luis Escacena y Fernando Amores (1992-1998) (véanse en la Bibliografía).

Recupero ahora unas primeras noticias en la prensa, de 2002, de cuando el inicio de las excavaciones:

1) 18 octubre de 2002

El poblado está situado en un cerro junto al Guadalquivir y se considera el más importante de la época tartésica, mientras que el tesoro que se localizó en 1958, compuesto por un conjunto de piezas de orfebrería de oro labradas, está guardado en una entidad bancaria de Sevilla, y su réplica se muestra en el Museo Arqueológico de la ciudad.
[...]
En los últimos trabajos, que se extienden sobre 3.700 metros cuadrados, se han documentado dos hornos, trozos de cerámica roja y negra, una cuenta de hueso pulido, cerámica con retícula bruñida, muros de adobe, piezas de cobre y un pavimento de cantos rodados y de conchas marinas, cuya presencia se explica porque entonces el poblado estaba en la desembocadura del río Guadalquivir ya que el mar llegaba casi hasta Sevilla.

El director de la excavación calculó que en el poblado sólo queda el 10 por ciento de los restos originales, y precisó que además están en muy mal estado de conservación por la infraestructura de las instalaciones del Tiro al Pichón, lo que no le resta valor histórico para conocer su evolución. La excavación continuará un mes y medio más y con los trabajos que se hagan se prevé definir mejor la evolución de la cultura tartésica entre los siglos VII y VI a.C., en las épocas denominadas del Bronce Final y la Edad del Hierro.

Junto al trabajo de los arqueólogos existe un equipo de estudio geoarqueológico que interpretará las características topográficas en el momento de ocupación del poblado así como el sustrato y las formaciones superficiales sobre las que se desarrolla la ocupación.

Los nuevos datos del yacimiento se dieron a conocer tras la firma de un convenio entre el Ayuntamiento de Camas y la promotora del hotel, Gabriel Rojas, para acometer los trabajos arqueológicos como paso previo obligatorio para hacer la instalación turística.

Gabriel Rojas señaló que el nuevo hotel contará con 150 habitaciones, será cuatro estrellas y que se quiere abrir dentro de dos años y medio tras una inversión de 15 millones de euros.

Fuente:
http://aljarafe-online.com/article.php?sid=1110&mode=thread&order=0

2) Desmontando las tesis de Carriazo

Los orígenes de Sevilla en el Carambolo. Arqueólogos, profesores y catedráticos avalan el rigor de la investigación planteada sobre este cerro, donde se proyecta un hotel que aspira a integrar la protohistoria entre sus muros.

Felipe Villegas. Camas (Sevilla)

Una verja verde abierta propicia el encuentro. Los lugareños conocen bien el lugar, en el que aprovechan para cortar leña seca o pasear al encuentro de la escogida vista que el Cerro del Carambolo ofrece de la capital. La topografía, aun con los muchos siglos, sigue potente, atenuada en parte por la construcción, en los años 40, de las infraestructuras de la Real Sociedad de Tiro del Pichón, que suavizaron la pendiente aterrazándola con sus pistas hormigonadas.

El hallazgo, fortuito, del famoso Tesoro del Carambolo durante las obras marcó un hito en la investigación sobre el mundo protohistórico. Excavó Juan de Mata Carriazo entre 1958 y 1961, interpretó lo hallado, que no fue poco, y dio por agotada la potencialidad del yacimiento, dejando sus resultados patentes en la bibliografía al uso.

Ahora, 44 años después, el cerro vuelve a llenarse de ojos profesionales escrutadores que miran con uno las tesis de Carriazo y con otro la realidad de un expediente arqueológico reabierto. La ocasión no es casual: en el fondo late la ilusión del empresario Gabriel Rojas por levantar un hotel en un peñón que resume la historia de lo que somos y a la que éste no rehúye, sino que admite y alienta, ideando un proyecto en el que el patrimonio no es excluyente, sino parte sustancial. Y ello pese a las críticas recibidas...

No se explica de otro modo que hasta los inspectores de la Consejería de Cultura y los profesores de arqueología de la Universidad de Sevilla aplaudan su iniciativa, sin cuyo concurso, reconocen todos, no se hubiera podido plantear una excavación tan exhaustiva.

Muchos son los euros que se está dejando Rojas en el empeño: fotografías aéreas, ampliación de los tiempos de excavación... Sabía a lo que se exponía y aun así se volcó y logró que el Consistorio de Camas, en el que se enclava el Carambolo, aprobase la futura edificación.

Las primeras obras de demolición del Tiro del Pichón se acompañaron de la preceptiva vigilancia arqueológica. Eso acontecía entre febrero y marzo pasados [de 2002]. “Dábamos, siguiendo a Carriazo, por destruido al completo el yacimiento, pero pronto aparecieron restos protohistóricos en varios puntos”, comenta Araceli Rodríguez, coordinadora de una intervención que dirige Álvaro Fernández y en la que concurren hasta otros cinco arqueólogos.

Vista la ocasión de volver sobre las incógnitas que guarda con celo el Carambolo, se planteó una excavación de urgencia que, por plazos y medios, ha adquirido la tipología de una investigación de primer nivel. Baste, para ello, saber que el área de excavación ocupa unos 3.700 metros cuadrados, el llamado Carambolo alto, de los que, a tenor de las catas realizadas, sólo unos mil ofrecen restos, con una potencia estratigráfica no superior al medio metro.

Suficiente, sin embargo, para justificar el desvelo que la comunidad arqueóloga viene demostrando por el emblemático yacimiento. Certifican tal aseveración los currículos de los asesores científicos de la excavación, con doctores como José Luis Escacena, Fernando Amores y Manuel Vera, entre otros profesionales de peso. Y no faltan visitas al lugar como las del catedrático emérito de Arqueología de la Hispalense y especialista en el mundo fenicio Manuel Pellicer Catalán, una autoridad en el país que no duda en alentar a los investigadores diciéndoles que tienen por delante “la ocasión de precisar qué era el Carambolo, porque la publicación de Carriazo, benemérita, es confusa, y creo que ahora podrán rectificarse algunas de sus conclusiones”. “El interés de este yacimiento es que estamos en el núcleo primitivo de Sevilla. Es cierto que hay asentamientos anteriores, pero es aquí, en el Carambolo, donde se forma el germen de la ciudad”, subraya Pellicer a pie de yacimiento.

Hablamos de una Sevilla reducida al Aljarafe, apegada al río y a la inmensa marisma cernida a sus faldas, lo que a duras penas permitía la aparición de islotes de tierra firme, entre los cuales debió situarse uno a la altura de la actual Alfalfa, en cuya calle San Isidoro aparecieron restos contemporáneos a los del Carambolo. Traducido a fechas, hablamos de una secuencia que va del siglo VIII al VI a.C., centuria esta última durante la que las aguas se redujeron, aflorando tierra fértil y segura, lo que explica el abandono del Carambolo y el traslado de la población hacia el corazón de Spal, nombre fenicio del que deriva Híspalis.

La cronología del Carambolo da pie a hablar de Tartesos. Pero no está claro que estemos ante un yacimiento tartésico, como evidencia la confrontación académica existente. Así, Escacena intepreta lo hallado por Carriazo como un santuario fenicio dedicado a la diosa Astarté, diferenciándolo de los rituales propios de una población indígena relacionada con el vocablo turte o tarte, de donde provendría Tartesos. Y, sobre esa base, lanza junto a Fernando Amores una teoría que deja en evidencia la restitución hipotética realizada en su día por Carriazo sobre la función del ajuar del Tesoro del Carambolo.

Ajenos a esos debates y apegados a la realidad de los restos, el equipo de arqueólogos -que ha contado con becarios de las universidades búlgara e inglesa, lo que redunda en la importancia de la investigación- se enfrenta ahora al que piensan puede ser la parte crucial del proceso: la excavación de una de las áreas que se creía totalmente perdida, como casi el resto, por las cimentaciones del Tiro del Pichón y por el fortín francés erigido en el cerro cuando la Guerra de la Independencia, de lo que dan fe las bolas de cañón y balas de trabuco halladas.

Podría tratarse del edificio principal del yacimiento, que Carriazo no localizó, y que aguarda a ser desvelado entre los potentes niveles de arcilla. Quizás cuando se excave se pueda reconstruir su fisonomía y contextualizar con los pavimentos de piedras y conchas -éstas últimas traídas, como cerca, de Sanlúcar, lo que a juicio de los expertos revela la suntuosidad del espacio-. “Estamos ante un puzzle en el que habremos de engarzar las pocas piezas que la modernidad ha dejado”, afirman ilusionados los arqueólogos.

Fuente:
http://www.elistas.net/lista/terraeantiqvae/archivo/indice/246/msg/2275/:

Algunas curiosidades

a) La descripción inicial del conjunto por el Prof. Carriazo: "El tesoro está formado por 21 piezas de oro de 24 quilates, con un peso total de 2.950 gramos. Joyas profusamente decoradas, con un arte fastuoso, a la vez delicado y bárbaro, con muy notable unidad de estilo y un estado de conservación satisfactorio, salvo algunas violencias ocurridas en el momento del hallazgo". El profesor Carriazo estableció que estas piezas pertenecían, fijando un amplio margen de error, a un periodo comprendido entre los siglos VIII y III antes de Cristo.

b) La dimisión del duque de Alba: Una curiosa y, a la vez, extraña anécdota relacionada con el tesoro de El Carambolo. Cuando ejercía como Comisario de la Expo’92 de Sevilla, Don Jesús Aguirre, marido de la Duquesa de Alba y Duque consorte, encargó a un prestigioso joyero de Madrid una exacta reproducción en oro del tesoro, para ser expuesta. El temor, por parte de destacados miembros del Ayuntamiento sevillano, de que las piezas originales que se devolvían no fueran una copia, produjo un enfrentamiento verbal con el Duque de Alba que desembocó en el cese de su cargo como Comisario.

Ambas de:
http://www.ctv.es/USERS/ags/00015ca.htm

c) El decreto del «Reino de Tartesos»

Cultura puede proteger el documento [scil., el yacimiento del Carambolo] abriendo un expediente para su incoación como Bien de Interés Cultural. Puede también expropiarlo e indemnizar a la propiedad del hotel en su justo precio, haciendo uso del decreto —varias veces utilizado— del 21 de diciembre de 1973 sobre el «Reino de Tartesos», aún vigente.

El decreto se publica en plena época del desarrollismo, cuando Florentino Pérez Embid era director general de Bellas Artes, para evitar posibles estragos en el patrimonio arqueológico (presión inmobiliaria y mecanización del campo). Por este decreto se «declaran de utilidad pública, a efectos de expropiación forzosa, diversos yacimientos arqueológicos de excepcional importancia para el conocimiento de Tartesos, en el Bajo Guadalquivir». El decreto afecta al Carambolo y a otros yacimientos como el Cerro de San Juan, el de Puebla del Río, Cortijo de Ebora, Mesa de Asta, el de Peñaflor (que ya fue expropiado en los años 80 del pasado siglo) y cerro Macareno, entre otros.

Fuente: P. Ferrand, en
http://sevilla.abc.es/especiales/index.asp?cid=1227


 

El Carambolo sigue abandonado tras los fastos de su cincuenta aniversario

El Carambolo sigue abandonado tras los fastos de su cincuenta aniversario
ALBERTO GARCÍA REYES
SEVILLA
 
Que el Cerro del Carambolo, donde Juan de Mata Carriazo descubrió el 30 de septiembre de 1958 el famoso tesoro atribuido al inexistente rey tartésico  Argantonio[  con gran imaginación, claro ], está dejado de la mano de Dios ya no sería noticia si los responsables políticos de la Junta y el Ayuntamiento de Camas no hubieran prometido solucionar el problema con motivo del 50 aniversario de su descubrimiento, celebrado hace unos meses.
 
Pero nada se ha cumplido. El año 2009 comienza para el antiguo Tiro de Pichón, donde se ubican los restos de un templo fenicio que explica gran parte del origen de Sevilla, con la misma estampa denunciada por ABC en junio del año pasado. El yacimiento sigue siendo zona de marcha nocturna y junto a él ayer se veía la misma imagen que antes del verano: botellas vacías, preservativos, rescoldos de candelas recientes, escombros…
 
El Ayuntamiento de Camas ha finalizado los actos de celebración del cincuentenario y El Carambolo sigue siendo un vertedero.

http://4.bp.blogspot.com/_7C5H-zomRX4/SF85PQnJeTI/AAAAAAAAAv4/L4IhF0fDzzU/s400/2008%2B06%2B22%2BABC%2BEL%2BCARAMBOLO%2BCUMPLIR%C3%81%2B50%2BA%C3%91OS%2BDE%2BSU%2BDESCUBRIMIENTO%2BCOMO%2BUN%2BVERTEDERO%2B(I).jpg

Sólo queda por celebrarse la exposición que la Junta anunció en el Arqueológico, cuya fecha de inicio ha vuelto a retrasarse por culpa de las obras de emergencia en los techos del edificio que han obligado a cerrar la mitad de sus salas. El contrato de adecuación de los espacios para exposiciones temporales está adjudicado desde el 7 de noviembre de 2008 a la empresa Bauen en 766.796,13 euros, pero las nuevas obras inesperadas hacen imposible aventurar a día de hoy una fecha de inauguración de la anunciadísima muestra. Y no es lo único que la Junta retrasa en este tema.

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Con motivo de las actividades del 50 aniversario, Cultura hizo público un acuerdo con el grupo inmobiliario que compró ese solar en el año 2000 -Grupo Alar, de Gabriel Rojas-, para entregarle un informe arqueológico que delimitara el lugar en el que podía construir, sin dañar el yacimiento, el hotel que Rojas proyectó sobre la zona con la connivencia del Ayuntamiento de Camas durante el gobierno de IU. Pero dicho informe, que ya se envió por primera vez en 2003, vuelve a ser la clave de la discordia que mantiene al Carambolo en un alarmante estado de abandono. Porque aunque la Junta lo anunció en aquellas fechas, nunca ha declarado el Cerro como Bien de Interés Cultural, por lo que no ha protegido el patrimonio histórico que hay en ese solar. Sin embargo, toma decisiones sobre ese terreno e insta a Gabriel Rojas a construir en su propiedad privada cumpliendo sus condiciones. Y lo más curioso de la historia es que a pesar de impedir al Grupo Alar llevar a cabo su proyecto argumentando que esa finca tiene un yacimiento que ha de ser protegido por la administración pública, culpa al empresario del estado de abandono en el que está y le conmina a limpiar el solar.
 
Rojas, por su parte, decidió retirar la vigilancia que tenía sobre el lugar ante la oposición de la Junta a su hotel y desde entonces la cancela de acceso está abierta. Es más, el empresario ha decidido recientemente abandonar la idea de construir el complejo hotelero, a pesar de que invirtió 6 millones de euros en el estudio arqueológico previo. De hecho, el último descubrimiento sobre el origen fenicio del Carambolo fue desvelado por el arqueólogo Álvaro Fernández durante la presentación de esta investigación sufragada por Rojas tras firmar un convenio con el Ayuntamiento de Camas. Por aquel entonces, aún en el año 2002, el empresario anunció que el yacimiento sería el principal reclamo del hotel y que, por lo tanto, construiría un centro de interpretación en el mismo. En total, Rojas iba a invertir más de 20 millones de euros en el proyecto. Pero en septiembre de 2003 la Junta le puso freno. Basándose en el informe elaborado por la Comisión Andaluza de Arqueológía, Cultura determinó unilateralmente que el hotel «se desplace fuera del área delimitada del yacimiento, de forma que su ubicación no interfiera con los restos arqueológicos».
 
Desde entonces ha negado al Grupo Alar las licencias para construir. Y ante la situación de abandono que sufren los restos arqueológicos, Cultura anunció una negociación con el propietario para paliar el problema con motivo de la celebración del 50 aniversario del descubrimiento del tesoro. El acuerdo consistía en señalar a Gabriel Rojas dónde podía construir exactamente a cambio de que su empresa limpiara y cerrara la finca para impedir el acceso libre. Pero el promotor parece no estar dispuesto a que le digan qué tiene que hacer en su parcela, sobre todo porque cuando la compró en el año 2000 nadie de la Junta hizo nada por impedírselo.

 


 

BIBLIOGRAFÍA BÁSICA, Y LINKS A MÁS INFORMACIÓN

- E. Kukahn, y A. Blanco, "El tesoro del Carambolo", Archivo Español de Arqueología, 32, 1959, pp. 38-49.
- Maluquer de Motes, J., "Nuevas orientaciones al problema de Tartessos" I Symp. Int. Preh. Pen., Pamplona, 1960, pp. 273-300.
- Maluquer de Motes, J., "Introducción al problema de Tartessos", Tartessos. V Symposium Internacional de Prehistoria Peninsular (Jerez de la Frontera, 1968), Barcelona, 1969, pp. 1-6.
- Maluquer de Motes, J., "Tartessos y su historia", Tartessos. V Symposium Internacional de Prehistoria Peninsular (Jerez de la Frontera, 1968), Barcelona, 1969, pp. 389-397.
- Carriazo, J.de M., El tesoro y las primeras excavaciones en el Carambolo, Madrid, 1970.
- Maluquer de Motes, J., Tartessos. La ciudad sin historia, Barcelona, 1970 (2ª: 1975).
- Schulten, A., Tartessos, Madrid, 1972 (reimpr.).
- Carriazo, J. de M., Tartessos y el Carambolo, Madrid, 1973.
- J. M. Blázquez, Tartessos y los orígenes de la colonización fenicia en Occidente, Salamanca, 1975 (segunda edición revisada y aumentada).
- Koch, M. Tarschisch un Hispanien. Historisch-geographische und namenkundliche Untersuchungen zur Phönikischen Kolonisation der Iberischen Halbinsel, Berlín, 1984.
- Maluquer de Motes, J., La civilización de Tartessos, Granada, 1985.
- Carriazo, J. de M., El Carambolo, Sevilla, 1992.
- VV. AA., Tartesos y El Carambolo (catálogo de la exposición), edd. Caballos Rufino, A. y Escacena Carrasco, J.L., Sevilla, 1992.
- Blázquez, J. M., Fenicios, griegos y cartagineses en Occidente, Madrid, 1992.
-Alvar, J. y Blázquez, J. M. (edd.), Los enigmas de Tarteso (sic), Madrid, 1993 (2ª: 1999).
- Belén, M. et al., "Arquitectura de tradición fenicia en Carmona (Sevilla)", Spal 2, 1993, 219-242.
- Maluquer de Motes, J., (póst.), Excavaciones de El Carambolo, Sevilla. Notas y experiencias personales. Caderno de apontamentos de octubre de 1958 (inéditas), col. Clásicos de la Arqueología de Huelva nº 5, Huelva, 1994, pp. 13-30 (con un estudio de M.E. Aubet Semmler: “Maluquer y la renovación arqueológica tartésica”, pp. 31-51).
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- Belén, M. et al., Arqueología de Carmona (Sevilla), Sevilla 1997.
- Belén, M. y Escacena, J.L:, “Testimonios religiosos de la presencia fenicia en Andalucía Occidental”, en J.-L. Cunchillos, J. M. Galán, J.-A. Zamora, S. Villanueva de Azcona (eds.), actas El Mediterráneo en la Antigüedad: Oriente y Occidente, en: Sapanu. Publicaciones en Internet II (1998) [http://www.labherm.filol.csic.es]: http://www.labherm.filol.csic.es/Sapanu1998/Actas/Belen/BelenEsc.htm (y (espec. cap. III: “Astarté y El Carambolo”)
- Blázquez , J.M., “Últimas aportaciones a los orígenes de la colonización fenicia de Occidente”, ibid., 1998: http://www.labherm.filol.csic.es/Sapanu1998/Actas/Blazquez/JMBlazq.htm
- VV. AA., Ex Oriente Lux. Las religiones orientales antiguas en la Península Ibérica, Ferrer Albelda, E. (ed.), Sevilla, 2002.
- Mederos Martín, A., “Fenicios evanescentes. Nacimiento, muerte y redescubrimiento de los fenicios en la Península Ibérica II. (1936-1968)”, Saguntum 36, 2004, 35-46, en red:
http://www.ucm.es/info/antigua/cefyp/Biblioteca/Mederos1.pdf (me parece una buena síntesis).
- Koch, M., Tarsis e Hispania. Estudios histórico-geográficos y etimológicos sobre la colonización fenicia de la Península Ibérica, Madrid (Centro de Estudios Fenicios y Púnicos), 2004 (por fin la traducción española de su primera edición alemana, de 1984 (vid. supra), con una interesante y muy instructiva introducción acerca de los ecos que tuvo (o no...).

Bibliografía básica sobre el epígrafe de la Astarté:

- Solá Solè, J.M., "Nueva inscripción fenicia de España (Hispania 14)", Rivista di Studi Orientali 41, 1966, pp. 97-108, lam. I-II.
- Delcor, M., "L’inscription phénicienne de la statuette d’Astarté conservée à Séville", Mélanges de l’université Saint-Joseph, XXXXV, Beyrouth, Imprimerie Catholique, 1969, p. 319-341 ("Astarté de la gruta": + M.G. Guzzo, M. Sznycer, A. Blanco).
- Ferron, J., "La inscripcion fenicia de la estatuita de Sevilla", Ampurias XXVIII, 1966, p. 246-252.
- Cross, F., "The Old Phoenician Inscription from Spain dedicated to Hurrian Astarte", HThR 64, 1971, pp. 189-195 ("Astarte Hurrita": + M. Wippert, W. Herrmann, E. Puech).
- Lipinski, E., "Vestiges phéniciens d’Andalousie", Orientalia Lovaniensia Periodica XV, 1984, p. 113-116 ("Astarté de la ventana" = prostitución sagrada).
- Olmo Lete, G. del, "Pervivencias cananeas (ugaríticas) en el culto fenicio. I", ACFP 2, Roma 1991, vol. III, pp. 367-372: "Astarté de las Tumbas").
- Bonnet, C., Astarté. Dossier docummentaire et perspectives historiques (coll. Contributi alla Storia della Religione Fenicio-Punica II), Roma 1996.
Cf. Marín Ceballos cit., en: http://www.ucm.es/info/antigua/cefyp/Biblioteca/Marin_Ceballos1.pdf ("La Epigrafía)". y http://www.labherm.filol.csic.es/Sapanu1998/Actas/Marin.htm

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